Cuando acompaño a los exámenes a mis alumnos, siempre escucho decir a las personas que se examinan: ¡ojalá tengamos buena suerte!, o las personas que despiden a sus amigos y familiares cuando se van a examinar igual, también les desean buena suerte.

Incluso nosotros, los profesionales, también les deseamos buena suerte, tanto a nuestros alumnos como a otros compañeros profesores que llevan ese día a sus alumnos a examen.

¿Influye realmente la suerte?

La suerte sí influye en el examen. ¿De qué manera? Te lo cuento a continuación.

Tenemos cuatro momentos diferentes:

1º) Cuando aún no has empezado tu preparación en la autoescuela.

Si tienes la suerte de que algún familiar o amigo te enseñe todo lo que pueda enseñarte sobre el funcionamiento y la conducción de un vehículo, fantástico, podemos decir que has tenido bastante suerte, pues la mayoría de la gente va a la autoescuela sin saber nada sobre el vehículo, su manejo y su uso.

2º) Cuando eliges la autoescuela donde prepararte para obtener tu permiso de conducir.

Si tienes buena suerte, darás con un docente implicado que se interesará por tu formación y te ayudará siempre que lo que necesitas para aprender de manera satisfactoria. Comprenderá tus errores, tendrá paciencia y te ayudará a alcanzar tus objetivos.

Sin embargo esto no es siempre así, puedes dar con una persona poco motivada, que no se implique en tu aprendizaje, o que incluso no tenga paciencia cuando te equivoques y pierda los nervios. –en este caso te recomiendo cambiar de profesor, porque si la situación se vuelve muy incómoda, no es bueno para ti–.

3º) Cuando te examinas del examen práctico.

Esta prueba se realiza en las vías públicas y por lo tanto, a ciertas horas y en ciertos lugares, puede haber más tránsito de personas y de vehículos que en otros. Puedes tener buena suerte si en ese momento en el que te examinas hay poco tráfico de vehículos y poco tránsito de personas.

O si es la hora de entrada o salida de colegios o institutos, o es la hora punta para ir o volver del trabajo, en ese caso la suerte no te ha favorecido, y las dificultades que tendrás cuando circules en ese momento serán mayores y tendrás que dar lo máximo de ti para conseguir hacerlo bien.

4º) El examinador que te haya tocado en tu examen.

En el examen práctico te toca un examinador u otro de forma aleatoria y no sabemos con quien haremos el examen hasta el mismo momento que llegue al coche y se identifique como nuestro examinador.

Los examinadores, todos y todas, tienen los mismos criterios para ponerte las faltas que has cometido en el examen. En ese aspecto todos son iguales, sin embargo, unos tienen un grado de exigencia mayor que otros, y te pueden mandar hacer un número de tareas mayor o menor, con más o menos dificultad.

Podríamos decir que has tenido buena suerte si su exigencia es media, y podríamos decir que no has tenido tanta suerte si la exigencia es alta o muy alta.

“Lo que no esperes es que te toque hacer un examen con poca exigencia, eso hoy en día, no ocurre”.

La conclusión a la que debes llegar es que la suerte existe y que con cuanta más preparación llegues al examen, más te favorecerá la suerte.